El mes del Descuento – El Patito Feo

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El mes del Descuento – El Patito Feo

El mes del Descuento – El Patito Feo

por | May 27, 2022 | General

El primer día de verano de aquel año en la granja estaban de celebración. Crías de cada uno de los animales habían nacido. La vaca pacía tranquila con su ternero, la yegua correteaba vigorosa con su potro por el prado, las gallinas se movían alegres e inquietas seguidas de sus pollitos, la gata se paseaba orgullosa con sus gatitos… la última en unirse al club de la maternidad fué mamá pata, llevaba tiempo incubando sus cuatro huevos, tres blanquitos y un cuarto más grande, más oscuro y con manchitas que siempre le había extrañado y que le resultaba muy incómodo de incubar por su volumen. Aquel primer día de verano los tres primeros huevos se abrieron y tres patitos amarillos saltaron al exterior. Todos los animales reían y celebraban el nacimiento, felicitando a mamá pata.¿ El cuarto huevo?, tardó tanto que los animales de la granja ya estaban aburridos, pero finalmente se rompió también y de su interior, salió un extraño patito… grisáceo, larguirucho y delgado, bastante desgarbado y muy despistado… Todos en la granja lo miraron con sorpresa y curiosidad… nunca habían visto nada igual… y no lo encontraron bonito como los otros tres patitos, pequeños, redondos y amarillos. Nadie rió, ni felicitó a mamá pata, todos disimularon bastante y decidieron asegurarle que parecía muy simpático como es habitual en el caso de criaturas diferentes y decidieron volver a sus quehaceres, despidiéndose rápido y pensando todos… la mala suerte de mamá pata que había tenido un pato tan feo.

Se quedó mamá pata con sus cuatro patitos y decidió llevarles al estanque para que conocieran el medio acuático que tanto aman todos los patos. El camino fué accidentado porque el cuarto patito, tan desgarbado, era muy patoso, lento y despistado… y al llegar al agua no se decidía a entrar por precaución y desconocimiento. En definitiva… al volver a casa al atardecer los tres patitos amarillos y bonitos se reían de su hermano, le empujaban y empezaron a llamarle… Patito Feo…

Mamá Pata se entristecía pero no sabía cómo controlar la situación y exigir respeto para su hijo… en realidad se reconocía avergonzada de haber tenido un patito tan raro y poco agraciado… y como era muy manipuladora decidió pensar tan sólo en sí misma. ¿Cómo podía haberle pasado ésto a ella?
Al finalizar la semana todos en la granja sólo tenían un objetivo: reírse de Patito Feo, como decidieron llamarle. Todos decían ser buenos y agradables, pero nadie tenía una palabra amable para el que consideraban diferente y raro.

Así era la granja feliz de los animales que decidieron hacer infeliz a quien consideraban que no era como ellos.
Pasadas unas pocas semanas Patito Feo se sentía deprimido y acosado y una noche decidió irse sin despedirse, ni mirar atrás.
Al día siguiente nadie en la granja pudo encontrarlo y enseguida se cansaron de buscar a Patito Feo. ¿Y qué sucedió con mamá pata?. La verdad es que frente a todos lloró mucho y se lamentó y se lamentó… pero internamente se sintió aliviada por la marcha de Patito Feo, porque nunca había intentado aceptar su presencia, ni estimulado su personalidad diferente.

La granja siguió feliz y despreocupadamente sus días, repitiendo unos tras otros sus rutinas. Todos amaban su vidas sencillas, donde podían aparentar ser buenos y preocuparse los unos por los otros… salvo, por supuesto, si alguno tenía la osadía de no ser como se esperaba que fuera… como debía ser.
Para Patito Feo aquel verano fue muy duro… caminó lejos, siguiendo el curso del río, siempre solo, escondiéndose de todos para que no vieran que no pertenecía a ningún lugar, tuvo que robar grano para comer, acercarse de noche al río para aprender a nadar, cobijarse por las noches en el hueco de algún árbol caído… observaba mucho al resto de seres, siempre en la distancia, aprendiendo cómo vivía cada uno, qué les gustaba, cómo se relacionaban, cómo eran sus hogares… pero nunca se acercaba por temor a ser rechazado.
Un día notó que el viento cambiaba y ya no era tan cálido, refrescaba por las noches, y sentía algo en su interior que era diferente. Aquella mañana se encontraba junto al río, refrescándose, instintivamente miró al cielo y observó una bandada de patos salvajes que se alejaban hacía tierras más cálidas para pasar el invierno. Miró al agua y en el reflejo del río, se descubrió igual que ellos, con su mismo plumaje y sus mismas características.

Entonces, en un segundo, lo comprendió todo: nunca había sido un patito de granja, siempre había sido un pato salvaje… entender su propia naturaleza no explicaba porqué todos le habían tratado tan mal, pero decidió no amargarse por algo que ya no podía cambiar. Estuvo a punto de seguir a la bandada de patos en su camino hacia tierras lejanas pero sintió que tampoco era como ellos. Estuvo pensando largas horas… y finalmente se aseó con esmero en el río, desayuno un poco y tomó el camino del pueblo más cercano. Observó que nadie le miraba extraño, ni le rechazaba por nada. No sabía si era guapo o feo, pero ya no le importaba. Comprendió que se había obsesionado con una diferencia que no existía, que había dejado que otros decidieran sobre él tan sólo guiados por su propio egoísmo. En el pueblo, todos eran diferentes entre ellos y por tanto eran todos iguales…

Decidió aprovechar su carácter emprendedor y adaptarse a los cambios. Decidió centrarse y potenciar el conocimiento obtenido en sus días de soledad y observación sobre las vidas de todos, sus costumbres, sus cambios… y montó una cooperativa de mudanzas, nuestra Mudanzas El Pato. Empezó haciendo pequeños trabajos, pero enseguida tomó fama: era silencioso y trabajador, rápido y fiable, con una intuición extraordinaria para comprender las necesidades de sus clientes y sensibilidad para tratar con cuidado los enseres que debía trasladar. Compró una almacén adecuado, adquirió un flota moderna de vehículos que se adaptaran a sus exigencias y se asoció con trabajadores que, cómo él, sabían comprender las necesidades de otros y la importancia de un buen servicio. El resultado es el que os ofrecemos, Mudanzas El Pato. Nuestra mejor garantía: la recomendación de nuestros clientes.

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