La mudanza de un árbol centenario
Los árboles juegan un papel muy importante en la conservación del medio ambiente. Sin embargo, en ocasiones, por su propia longevidad, los lugares donde habitan y crecen pueden chocar con el avance de las, al parecer, imparables actividades humanas. Los árboles viejos tienen una historia a sus espaldas, preservarlos equivale a preservar un poco de nuestra propia historia. Además nos muestran como de fugaz es nuestra vida comparándola con la suya que en algunos casos puede extenderse durante miles de años.
Un árbol centenario es por tanto un tesoro, y afortunadamente cada vez existen más iniciativas para preservarlos, utilizando el equipo adecuado y el conocimiento de expertos, para conseguir reubicarlos en lugar de optar por cortarlos. Cada vez existen más ciudades y municipios que incluyen a sus árboles como bienes de especial interés y por tanto con ordenanzas específicas que requieren la preservación o reubicación de árboles patrimoniales afectados por nuevas construcciones. Al redefinir el paisaje, no es necesario talar árboles centenarios puesto que actualmente, se están usando increíbles tecnologías para trasplantarlos por todo el mundo.
¿Pero cómo es posible mover árboles enormes en una sola pieza sin dañarlos?. Según los expertos, hay muchas técnicas, pero la más efectiva implica máquinas enormes desarrolladas exclusivamente para esta actividad. La tasa de éxito en la reubicación de árboles con trasplantadoras de árboles puede ser de más del 90% cuando se hace el debido cuidado del árbol y el proceso antes y después. Los árboles más pequeños pueden moverse con una pala para árboles, un dispositivo que puede cavar el nuevo agujero de reubicación así como excavar y transportar el árbol. Los árboles más grandes pueden requerir la excavación, el embalaje o el encajonado del cepellón y luego ser transportados en camión. Algunos árboles pueden ser transportados con grúas si su envergadura así lo requiere. Con un proyecto cuidadoso y una buena planificación, incluso los árboles más grandes se pueden reubicar.
Si nos preguntamos, «¿hasta qué tamaño de árbol se puede trasplantar ?». La respuesta es que las posibilidades son practicamente ilimitadas. En Estados Unidos, por ejemplo, existe ya una larga tradición de traslados en este sentido: fue muy famoso en su momento el proceso de reubicación de una secuoya de 350 toneladas en Boise, Idaho. También el trasplantado de un árbol de más de un metro de diámetro de tronco que pesaba aproximadamente 180 toneladas en Austin, Texas. Y en el 2011, se completó la reubicación de un roble de 380 toneladas en Louisiana. Todos estos espléndidos ejemplares a día de hoy continúan vivos y con buen estado de salud.
La rápida urbanización ha llevado a una mayor necesidad de paisajes asentados. El trasplante de grandes árboles (de más de 2 m de altura) en cualquier tipo de paisajes sea en el campo, en fincas rústicas o bien en paisajes urbanos y residenciales se ha convertido en una práctica esencial. Reubicar un arbol de gran envergadura aunque sea en un paisaje rural es una tarea compleja pero, además, cuando un árbol de 30 metros de alto y más de 100.000 Kilos de peso está en mitad de una ciudad e impide realizar nuevas obras o cambios en el trayecto de las autovías o la construcción de edificios, se convierte en un problema.
Como ya hemos introducido anteriormente, cada vez más ayuntamientos optan por trasladar estos árboles centenarios, en lugar de cortarlos, pero esta tarea requiere una proyecto largo y delicado. Esta es la razón por la que es tan importante que exista una planificación sólida y la advertencia anticipada por parte de los consistorios municipales de las posibles alteraciones en la vida cotidiana que el traslado va a ocasionar.
La planificación de la reubicación de un árbol en una ciudad requiere semanas de planificación. Mover un árbol de gran tamaño no consiste solo en arrancarlo y trasplantarlo en otro lugar. Existen dos problemas críticos que hay que resolver: no dañar al árbol, y buscar un paso adecuado en el laberinto de calles estrechas de la población implicada, por donde quepa su enorme masa. Muchos departamentos o servicios de la localidad o ciudad deben participar y se requiere la colaboración de todos ellos puesto que es necesario pensar en todas las contingencias que puede suceder mientras se reubica el árbol, para que la ciudad permanezca segura y activa. Lo primero a considerar es la ruta prevista que tomará el camión de transporte desde el árbol existente hasta el nuevo sitio de reubicación. Se necesita considerar si el camión pasará por zonas singulares o críticas (como zonas cercanas a hospitales o colegios), qué calles son más fáciles de atravesar y qué cierres de calles causarán la menor interrupción en la vida cotidiana. Al hacerlo, se estudian mapas y se evalúan amplitudes de vías, edificios circundantes y posibles obstáculos para el traslado. Luego se debe informar a los hospitales y servicios ambulatorios que se cerrará alguna calle para que puedan delinear rutas alternativas entre cualquier accidente o emergencia y el hospital u otras instalaciones médicas. También es preciso informar a centros educativos para organizar los accesos al centro ese día y garantizar la presencia de la policia local durante el cierre de la zona. Del mismo modo, es preciso cooperar con el departamento de bomberos y la policía municipal para informarles de los cierres de calles, para que ellos también puedan identificar otros puntos conflictivos y trazar nuevas rutas en caso de una emergencia por incendio o por evacuación. Otro de los implicados en el proyecto de traslado es el departamento de tráfico de la ciudad porque es posible que sea necesario cortar los semáforos o incluso moverlos. Finalmente, la población debe ser advertida con antelación del cierre de las calles por donde el camión cruce con el árbol. Es importante que los peatones se mantengan a una distancia segura de las calles implicadas para garantizar su seguridad, así como la seguridad de los trabajadores que participan en el trasplante… Es muy peligroso para otros vehículos conducir alrededor de un camión que transporta un árbol de 100 toneladas o más.
El segundo aspecto es mantener seguro el árbol y dañarlo lo menos posible. En principio, cada árbol es diferente: las raíces, las copas y el desarrollo del follaje difieren de un árbol a otro. Por tanto es preciso valorarlos de manera individual, admirando su gloria y tratando de respetar su historia y su singularidad. Para mover el árbol probablemente será preciso podar sus raices adecuadamente y posteriormente desenterrar las raíces que vayan a formar parte del cepellón de trasplante. A continuación será necesario encapsular el cepellón para protegerlo. Para realizar todo ese proceso en el caso de árboles extremadamente volúminosos se suele usar un sistema de soportes hinchables que se coloca debajo de las raíces y los infla para levantar el árbol. Sólo entonces es posible instalar una plataforma elevadora en preparación para el trasplante. Estos soportes hinchables pueden rodar por la carretera, y al mismo tiempo sirven de amortiguación para que el árbol sufra lo menos posible durante la compactación del cepellón y el traslado. Mediante el empleo de esta serie de vejigas neumáticas infladas con una presión de apoyo sobre el suelo extremadamente baja e instalada debajo de una plataforma de elevación rígida, se permite el balanceo controlado de árboles gigantes sobre césped, hormigón y superficies duras con un mínimo de perturbación.
Es preferible que al ser trasladado el árbol no sea replantado de inmediato, el cepellón deberá ser encajonado y el árbol deberá ser almacenado en algún lugar, regado y supervisado durante un tiempo. El mayor tiempo de almacenamiento y supervisión va a permitir a los árboles voluminosos crecer nuevas raíces de alimentación (que han sido severamente podadas) para absorber el agua y los nutrientes. Finalmente, cuando se encuentre preparado, con ayuda de grúas se subirá nuevamente el árbol a otro enorme camión, y se trasladará hasta su nueva ubicación, en donde será replantado.
El cuidado posterior es vital para el éxito del transplante. Además de regar, el cuidado posterior también puede incluir nebulización, aplicación de mantillo, equipos de apoyo y visitas de seguimiento. La mayoría de las empresas que se especializan en el traslado de árboles proporcionan instrucciones detalladas sobre el cuidado posterior y no garantizan ningún trabajo de traslado de árboles si el cuidado posterior no se proporciona exactamente según sus especificaciones. Como es lógico, la definición de un transplante exitoso es un árbol que sobrevive y con una buena vida posterior.
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